30 enero, 2021 General
Ante el cierre de la Basílica de la Mare de Déu del Lledó y la imposibilidad de que los fieles tengan la oportunidad de honrar y rendir culto a su Patrona, esta mañana se ha celebrado el acto de Entronización de una imagen de la Virgen del Lledó en el altar mayor de la S. I. Concatedral de Santa María, Castellón, tal como «ha tenido a bien encomendar, nuestro Obispo y Pastor, D. Casimiro, a la Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó«, ha explicado el Prior de la Real Cofradía y Vicario de Pastoral de la Diócesis, Miguel Abril.
Con una «ceremonia sencilla y entrañable» se ha trasladado la imagen de la Patrona, que se ubica en una de las capillas laterales de la Concatedral, al altar mayor. Con ello, ha destacado Miguel Abril, «significamos la presencia de nuestra Madre que con su ternura quiere estar cerca de sus hijos y nosotros de Ella». De esta forma, los castelloneros podrán seguir manifestado su fervor y devoción, así como encomendarse a Ella que «con su mirada maternal acoge a todas las personas que están sufriendo: a los mayores, a los más jóvenes y a cuantos han perdido el trabajo o se encuentran en una gran incertidumbre sobre su futuro; la mirada de cuantos se encuentran en soledad y necesitados de razones para vivir con esperanza y sentido». El Prior de la Real Cofradía ha venerado con gran devoción a la Lledonera porque es Ella – ha dicho – «quien nos da amor, esperanza y consuelo y de quien recibimos el abrazo de Dios que debe estar en el centro de nuestra vida».
La entronización de hoy junto al altar mayor y la cruz lo es porque María «supo estar al pie de la cruz acogiendo la entrega de amor de su Hijo y quiere ser el corazón que nos guía, ampare, sostenga, siendo mediadora e intercesora por el fin de la pandemia, por el eterno descanso de los fallecidos, por la fortaleza para los sanitarios y trabajadores en primera línea» ha resaltado Miguel Abril. Y con la misma cercanía que la Mare de Déu nos mira y acoge «nosotros también queremos estar cerca, mirarle y rezarle porque creemos en la esperanza y queremos ser testigos de la fe y del amor inmenso de Dios; y ayudar a todos a saber encomendarnos como Jesús: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu, nuestras vidas, para siempre, para tu Reino, para la vida eterna».
El acto de entronización ha concluido con la celebración de una Eucaristía en la que como rezan los gozos se ha pedido a la Patrona «sigau llum i auxiliadora, del amor nostre, Senyora, Mare de Déu del Lledó», y se ha invitado a todos los fieles a «acoger a la Virgen con fervor y efusión».
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